Hey ¿Te vendo un libro? ¿Cuàl? de EARNESTO PAZ, cuyo tìtulo es, Rìo de Huesos. ¿Y de que trata? Esta basado en unos textos de Josè Galvez sobre uno de los principales rebeldes virueños hijos del rìo Mudo. ¿A cuànto? Dos soles, No, cinco soles. Ah tres soles. ¿Cuànto te di? Cinco soles. Ah ya, lo leerè mientras le doy de comer a algùn presidente del Perù. Robles abre la puerta del sshh que, sucio y lleno de cucarachas serà el soporte de su, por hoy, mejor expresiòn. Desliza su pantalòn hacia abajo por sus muslos, nalgas, pantorrillas y canillas, hasta llegar asus tobillos, un gran chorro de excrecencias cae en el interior de la rajada tasa de baño, èl suspira con alivio mientras ojea irresoluto el "livro" que acaba de adquirir, deja caer otro chorro de alcohol en su boca rancia, se tira un pedo y se queda dormido con el livro entre las piernas. Ahora, alguien toca incesante la puerta del baño. Èl ya cayò sobre las losetas coloniales embarrado y distante. El libro a su vez, sigue abierto con un poco de mierda entre sus pàginas... Ello es poesìa diria, Josè Santos dentro de aquel tranvia allà en Santiago de Tacna...
jueves, 30 de abril de 2009
LLEJO TRES
CIAMO
Jiròn Chancay, Emancipaciòn avenida , fritanguita, anticucho y rachi, una secuela de santos embalados con cartòn, dublopillo y cinta de embalaje y siempre de espaldas. Andador para sueños. Pasa y repasa la combi y la couster y no te estiba. Otro pedazo de corazón cae a la parrilla mientras tu espinazo se dobla hijo de los años y la miseria, andador para sueños de espaldas a la luz y a la vida. Oscuridad decifrada...
jueves, 23 de abril de 2009
ENTEG
Yo duermo en la puerta de aquel banco. Atesorado y susurrado por la tierra billete. No te conmuevas si tirito, es una extraña danza ensimismada. De vez en vez una despistada escoba raspa mi cuerpo. La ignoro y continúo con mis frìgidos y vacuos sueños. Ni que decir de los roedores que siempre me dicen chismes y secretos al oído. La ciudad y su bullicio es una gran sonaja para mì. Los muros caen y siempre me abrigan. Escombro humano. No te "siegues", no estoy derruido. Yo sólo oigo a la tierra, solo. Perro què me observes, ni le intentes a la lluvia ni al nubarrón. Y si me preguntas de sabidurías, te respondería sólo sè que la tierra es tierna y me sostiene casi imperceptible, casi helado. Un empleado bancario llega y patea mi cuerpo, es señal de que estorbo. Los billetes se regodean en al bòveda y yo avispo. Cambio de puerta. Mi sueño es longo...