lunes, 29 de diciembre de 2008

KANVIEJECITO



Ladran. Abreviar la pobreza con la ceguera. Hay sonidos inùtiles. El nèctar supremo de la mañana y la miseria. El amor no oratiza a nadie ¿Erotiza? Tres canes caminan bìpedos tras de èl, sobre las lìneas fèrreas. Un horizonte de necedades. El sol en el pene. En una botella plàstica de agua mineral se advierte el robo indiscriminado de hìgados. Yo sè incinerar el silencio. Ladran y ladran advirtiendo los hurtos espectrales de la miseria. No sòlo el corazòn, tambièn el estòmago. Recuerdo que, cuando joven me agradaba que Hella me acaricie las nalgas. Me las bese. Pequeña descarga elèctrica que se desplaza desde las pantorrillas hasta tu nariz. Unas gotitas de leche. El culto de la contemplaciòn del vacìo. Cuidado señor que por aquì los perros hurtan voces. Sonrìe mientras se va quedando dormido. El alegre ingreso hacia la muerte. Como un arbusto que cae hacia la izquierda. Llega otro can e intenta orinarlo. No. Saltò hacia el universo tras las lìneas fèrrreas. Desordena su cabello y dale un beso. Ya està muerto. Ello es discutible ¡Gua! ¡Guau! Lame mi herida. Continùa Vallejo quejumbroso. Ignorèmoslo. Parra de violas.

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